Las situaciones de conflicto con alta carga emocional nos crean confusión y enturbian nuestra forma de ver los eventos y las personas involucradas. La amígdala, activa la alarma y un torrente químico se extiende por nuestro cerebro.
Cuando sufrimos el rapto amigdalar, es importante notar nuestras reacciones. Sentir cuando perdemos la posición y nos situamos en una posición de lucha, parálisis o huida.
Respira, pon tu atención en las sensaciones físicas de cuerpo, permítete un momento para sentir y conectar con ellas. No trates de controlarlas o resistirte.
Con la respiración profunda y la atención en tu cuerpo, verás como vas recuperando el equilibrio. Con ello, empiezas a ganar claridad, escuchas con mayor atención y ganas presencia para relacionarte con los demás desde una posición sana, responsable y de aportación de valor.
La práctica del Mindfulness nos ayuda a reducir al caudal de dicho torrente y no dejarnos arrastrar por el sistema nervioso en modo alarma.
Como líderes afrontamos situaciones de alta presión, por lo que es clave tener fortalecido el músculo de la recuperación de nuestra posición clara. Volver a anclarse de nuevo.
Este movimiento de la alteración al equilibrio requiere práctica. Es un músculo a trabajar. Esta práctica te permitirá mantenerte en una posición de respuesta efectiva ante el conflicto en lugar de simplemente reaccionar!
- Empieza dedicando unos minutos cada día a tomar consciencia de tu respiración.
- En estos momentos de parada total, pon tu atención a las señales que te envía tu cuerpo mientras respiras. Quizás notes alguna molestia de la que no eras consciente, notes zonas más activas otras más frías,…
- Una vez pasados esos minutos, chequea como te sientes, que emociones o sentimientos aparecen después de unos minutos de solo estar atento a tu respiración, conectar contigo y dejar todo lo que está fuera de ti.
Te recomiendo la lectura de un libro que aporta claridad mental y paz interior. El Silencio Habla de Eckhart Tolle. Te dejo una frase de este libro que te puede servir en estos momentos de parada:
«Cuando pierdes contacto con la quietud interior, pierdes contacto contigo mismo. Cuando pierdes contacto contigo mismo, te pierdes en el mundo»
El equilibrio y la compostura en situaciones de conflicto es clave. Conocerse bien, gestionar la emociones y ser responsable con el impacto que generas son pilares básicos del liderazgo efectivo que aporta valor a los demás y al mundo.