El CEO en el entorno VUCA ¿estamos listos?

En estos días está de moda el acrónimo VUCA en el ámbito del liderazgo. Se utiliza para definir el contexto  actual caracterizado por la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad. La efectividad del liderazgo es contextual, es decir, es muy importante tomar en consideración el contexto para poder tomar decisiones efectivas. También supone una demanda nueva para los CEOs y directivos. Ahora un nuevo set de habilidades y actitudes son necesarias. Lo que funcionaba hasta ahora no tiene porque funcionar hoy. Es el momento de una actualización significativa ¿te vas a quedar atrás?

Este contexto requiere de los CEOs y altos directivos un nuevo abanico de recursos y sobre todo, una nueva forma de pensar para poder responder con eficacia a los retos que afrontan. Veamos con más detalle que supone para el liderazgo el contexto VUCA.

Para mí, lo más significativo es el cambio de paradigma que requiere actuar en un entorno donde pocas cosas son predecibles y pasan a ser probables.

En los entornos predecibles, existe una importante correlación de causalidad entre los eventos. La relación causa efecto se repite, es clara y fácil de identificar. Este es el terreno de las buenas prácticas. El líder identifica con relativa rapidez lo que ocurre, o dispone de un equipo de asesores o colegas que saben que pasa y conocen que decisiones son requeridas para la buena marcha del negocio. En este entorno es donde han surgido equipos de consultores especializados que daban soporte a los equipos directivos. Disponían de modelos y metodologías muy útiles y de probada efectividad. En algunas situaciones, y para determinadas decisiones esta forma de proceder tiene vigencia. Para el líder, suponía confiar y poder actuar con el piloto automático. La mala noticia es que el contexto actual, cada vez existen menos situaciones de este tipo. ¿Qué es entonces necesario?

Estar plenamente presente, atento y liderar desde el presente y el futuro en lugar de hacerlo des del pasado. La exigencia física, mental y emocional se incrementa. Esta es una de las razones por las que el Mindfulness está tan en boga. Es imprescindible para mantener el nivel de presencia y atención que nos demanda el contexto.

Vemos en Addventure, como directivos y equipos de dirección se sienten sobre exigidos, confundidos, aturdidos y tensionados porque lo que funcionó ayer ya no parece servir. Lo que más les angustia, es el no ser capaces de identificar y definir el problema al que se enfrentan. Estamos viviendo la transición de lo predecible a los probable, y no estamos preparados. Nos han cambiado el esquema de juego sin avisar.

La relación causa efecto ya no es clara. Identificar que es lo que está ocurriendo no es nada fácil, no se puede hacer con el piloto automático y no puede hacerse individualmente. Liderar solo ya no es posible.

Existen discrepancias, conflictos y fuertes discusiones donde se contraponen ideas divergentes. Ya no estamos de acuerdo en que ocurre. Esto comporta dudas y nervios porque da la sensación de que algo no va bien y no estamos actuando con la prontitud requerida. Vienen las prisas y el estrés. Ayer una Directiva, en la sesión de coaching me decía, «los problemas si no se actúa rápido crecen y se hacen más complejos. Hay que tomar decisiones rápido, y los debates nos ralentizan. No hay tiempo que perder!» Puede ser verdad en algunos casos, pero en otros, correr, ir con prisas y no conversar nos debilita, empeora la calidad de la toma de decisiones. En liderazgo, muchas veces lo lento suele ser rápido.

La orientación a resultados, que suele ser una de las grandes fortalezas de los líderes, combinada con la responsabilidad, aún les pone más presión. Sienten el impulso de actuar deprisa pero no tienen la certeza de qué hacer. A nivel individual lo viven de forma negativa. Se supone que son directivos preparados que deben saber que hacer, deben estar a la altura. Deben demostrar capacidad y competencia. Deben mantener la credibilidad y la confianza de sus stakeholders,…deben, deben, deben…No pueden mostrar debilidad, ahora más que nunca deben ser invulnerables y sacar la situación adelante. No pueden compartir con los colegas que les pasa y como se sienten. No es posible pedir ayuda, sería el fin de su exitosa imagen que les ha llevado a la cumbre. Hasta me agobio, solo de escribirlo!!

¿Qué experiencia profesional creamos todos juntos?

A nivel de equipo la situación no es para nada mejor. La falta de acuerdo en la búsqueda de respuestas y la presión de tiempo, hace que los directivos conversen con prisa, seguramente con acusaciones culpabilizaciones, defensividad o silencios que afectan de forma negativa a las conversaciones y las relaciones interpersonales.

En el mundo de lo probable, no predecible, complejo y ambiguo la tendencia es de fragmentación y competición más que de unión y colaboración. El conflicto y la discrepancia se mueven hacia la toxicidad y la reactividad en lugar de la creatividad y la sostenibilidad.

En este contexto, el CEO empieza a repetirse la pregunta ¿Por qué nos cuesta tanto en los colaborar y avanzar en entornos complejos? ¿Qué nos está pasando? ¿Qué está fallando? ¿Qué nos hace movernos en círculos sin avanzar?

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6 ideas que te pueden servir para vivir mejor este momento y avanzar con efectividad:

  1. Soltar la certeza. En contextos complejos y, a veces, caóticos, la necesidad de certidumbre y velocidad no ayuda. Patrones de control y perfeccionismo no nos sirven. Hemos de aprender a avanzar con firmeza sin tener la certeza de lo que va ocurrir. Estar listos para sorprendernos, el ser capaz de soltar el plan diseñado e incorporar cambios con flexibilidad y optimismo. Las predicciones seguras y el control debemos substituirlos por el Sentir, estar presentes, observar y escuchar y responder.
  2. Tomar distancia, desapegarte de la situación para obtener una visión panorámica que permita ver patrones emergentes y leer con amplitud el contexto. Pasar del zoom macro a la visión amplia y relajada y darte tiempo para observar antes de actuar. Darse espacio para no precipitarse y actuar con el timing adecuado. Pasar del reaccionar al responder con plena atención.
  3. Gestión emocional. Mantener la plena presencia y la atención sin dejarse secuestrar por la emociones y la tensión. La urgencia y la presión pueden hacerse con el control y llevarnos hacia el precipicio. Practicar técnicas de Mindfulness es imprescindible. Focalizar la atención y ampliar la consciencia es un deber (Si deseas empezar esta línea te recomiendo la App Medita de los buenos amigos y colegas Enrique y Guillermo Simó. Es gratuita y con infinidad de recursos para ti. El plan 21 días es fantástico). Para, respira y medita.
  4. Integración versus exclusión. Promover conversaciones en 360º. En entornos complejos la información está dispersa, fragmentada y muchas veces escondida. Nuestra perspectiva es limitada, nuestra lectura es parcial. Necesitamos completar nuestra visión con la de los demás. Compartir e integrar perspectivas es fundamental. Necesitamos a los demás, cuantos más mejor para recoger información, tener la foto panorámica y reconocer conexiones poco obvias. Esto nos facilita decidir con más criterios. Cambiar el «si pero» por el «si y…» mentalidad de inclusión, integradora y visión sistémica. Cuanto más claro lo tengo debo buscar evidencias que contradicen mi perspectiva. En lugar de una mentalidad excluyente o de “A o B”, a una mentalidad integrativa, más sistémica, “A y B”. La capacidad de sostener paradojas y contradicciones es una habilidad fundamental.
  5. Conversaciones de calidad. En el contexto VUCA escuchar en profundidad es el camino del éxito. Escuchar sin competir, sin querer convencer, sin desear tener la razón y estar en lo cierto. Hacer preguntas nuevas, tener curiosidad de aprendiz y preguntarse a menudo «¿Cómo podría estar equivocado? Aprovechar la sabiduría del conjunto, «1+1+1+1…= infinito». Es obligatorio hacerse hoy preguntas nuevas. La fuerza no está en las respuestas que dispones hoy, la clave está en hacerse las preguntas adecuadas.
  6. Promover el Feedback y estar abierto de forma permanente y continua. Siempre hay brecha entre nuestra intención, nuestras acciones, el impacto y la interpretación que hacen los demás. Mantener una actitud abierta y la receptividad. Los directivos estamos acostumbrados a servir, a dar feedback. No solemos estar preparados para recibir feedback. Cada evolución en nuestra carrera suele ir acompañada de una limitación en el feedback. Pocos están cómodos y se sienten bien con el feedback de forma natural. Hay que practicarlo y forzarse a incorporarlo en los Comités de Dirección. Hemos visto comités transformarse al incorporar el feedback en su día a día, hasta vivirlo como algo imprescindible. Este es una de las grandes ventajas del Coaching Ejecutivo para CEOs, prepararse para estar abierto y buscar recibir feedback de calidad y auténtico de forma proactiva. No solo por parte del Coach, sino también de personas de su entorno próximo de trabajo.

Junto con Pablo Tovar (no te pierdas su Blog dónde encontrarás varias entradas referentes a VUCA), socio fundador de AddVenture, y nuestros colegas estamos desarrollando y lanzando nuevas propuestas para facilitar en los CEOs y equipos este cambio de paradigma que les permita navegar con eficacia en este mar revuelto, sorprendente, retador y también apasionante.

Con la mentalidad adecuada, el set de habilidades listo y la actitud necesaria este mar está lleno de oportunidades para los líderes y para todos. ¿Necesitas que te equipemos? Estamos listos!

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